A partir de los cinco, seis meses ya habremos comenzado con otra fase clave en el desarrollo de nuestros bebés, que será el momento en que introducimos nuevos alimentos en su dieta.
Ya sabemos que hay que hacerlo muy poco a poco, dándole alimentos nuevos de uno en uno, y dejando un tiempo entre ellos.
El pollo o las verduras son de los primeros en ser recomendados por los pediatras, por su bajo contenido en grasa, y porque son más fáciles de asimilar por los peques. Por eso, la sopa de «fileos» como le llama Gonzalo, es una de las favoritas. Podéis elegir dar el pollo y la verdura en pequeños trocitos dentro de la sopa, o bien pasarlo todo por la batidora. De cualquier manera les encantará, y sentará fantásticamente al peque.
¿Qué vamos a necesitar para preparar la sopa?
– Una pechuga y dos muslitos de pollo.
– Un calabacín.
– Una patata.
– Una zanahoria.
– Un trozo de cebolla.
– Un trocito de ternera, de babilla para que sea más blandita.
– También me gusta añadir un hueso de espinazo salado.
Primero pelamos las verduras y las lavamos bien. Si os apetece, también podéis cortarlas en trozos, pero yo prefiero cocerlas primero, y después las trituro con el tenedor.
El hueso de espinazo, tenemos que tenerlo en agua caliente, más o menos, una hora para que se desale.
Es importante limpiar bien la carne, quitar la piel al pollo, y la grasa que pudiera tener.
En una olla con agua caliente, ponemos la cebolla, patata zanahoria, calabacín limpios, y añadimos también la carne, y el hueso.
Tapamos la olla, y la dejamos hervir por media hora, o cuarenta y cinco minutos, y ¡ya está! ya tenemos nuestra sopa.
Espero que la disfrutéis tanto como nosotros ;))