Pero cuando crece, es fantástico. A casi todos los niños les encanta jugar con el harina, batir los huevos o tocar las pepitas de chocolate. Así que he encontrado una forma estupenda de mantener al peque entretenido, y pasarlo yo también en grande. Por supuesto, ni que decir tiene, abstenerse las mentes organizadas y matemáticas. Todo puede convertirse en un caos en poco tiempo y puede darles un ataque de nervios ;))
Además hacer tus propios dulces caseros, te permite incluir todo lo que te apetezca, y quitar las porquerías que normalmente encontramos en la bollería industrial. Por eso me encanta. Me gusta saber lo que como, sin tener que estar dejándome los ojos continuamente en el listado minúsculo donde aparecen los ingredientes.
Os cuento la última receta que hicimos Gonzalo y yo, unos fantásticos Muffins de chocolate, cuyo sabor recuerda muchísimo a los que hay en una cafetería muy conocida en el mundo entero. Es una receta fantástica que me dio una amiga, y os puedo asegurar que salen fantásticamente (incluso si los huevos los bate el pequeño chef). Ahí va:
2 huevos grandes.
2 yogures griegos, de los normales. No de los grandotes.
4 cucharadas de leche.
80 gramos de aceite de girasol.
150 gramos de azúcar
50 gramos de cacao puro.
1 sobre de levadura.
150 gramos de gotitas de chocolate.
Entre 230 y 250 gramos de harina.
Un poquito de sal o bicarbonato, aunque no es necesario.
La forma de hacerlos es muy sencilla. Lo mejor es batir los huevos hasta dejarlos bastante espumosos. No es necesario el punto de nieve, pero es conveniente batirlos bien. Es muy importante que el azúcar quede bien disuelto, así que va a ser lo primero que mezclemos con los huevos.
En nuestro caso eso no fue posible, ya que Gonzalo quiso batir desde el principio, así que ya os imaginaréis :S
Una vez que todo esté bien mezclado, lo incorporamos a los moldes, y ¡al horno! Previamente precalentado durante media hora.
¡Mucha suerte! Y a disfrutar :)