– Llevar al bebé encima desde el primer momento supone un menor trauma en el proceso de adaptación al mundo exterior. Ha estado dentro del vientre de mamá durante 9 meses, y lo que más necesita es su contacto.
– Este contacto físico favorece una estrecha comunicación afectiva y emocional entre la mamá/papá y el bebé.
– En sus primeros meses, el bebé todavía no tiene suficientemente desarrollados el resto de los sentidos, no ve bien, ni oye bien, tampoco su olfato o gusto están suficientemente maduros, por lo que su única vía es la piel. El tacto se convierte en su única fuente de conocimiento del mundo exterior.
– Ayuda al establecimiento de la lactancia. Llevar al bebé cerca favorece la producción de oxitocina, este contacto piel con piel, libera los mecanismos hormonales que desencadenan la secreción de leche materna. Además podemos detectar con antelación la demanda del bebé.
– Estimula la digestión del bebé, favoreciendo la mejora de los cólicos y gases.
– Permite a los padres seguir desarrollando las actividades diarias, ya quedan libres los brazos, y el bebé estará más tranquilo. No daña la espalda, sólo hay que asegurar que el porta bebé sea el adecuado.
– Se siente protegido frente al mundo, más sosegado, lo que hará que estén mas tranquilos y por tanto, menos llorones.