Una de las cosas que más preocupa a los nuevos padres, es cómo hay que vestir al bebé para que no tenga calor ni frío. Es complicado decidir por algo tan pequeño…pero la norma es bastante sencilla: abriga al bebé con el mismo número de capas que te abrigas tú. Y además, protege sus manos, cabeza y pies, y añade un plus, que puede ser una manta, o un saco de silla o el plástico que utilizamos para protegerles de la lluvia. Recuerdo que para Gonzalo era su forma favorita de pasear, ya que podía verlo todo, y tenía su microclima dentro de la silla.
Cuando entres en algún sitio en el que la temperatura aumente, como el coche, o alguna tienda, ten especial cuidado y no le dejes igual que en la calle. Quítale las capas extras, y déjalo un poco a su aire, ya que no es recomendable el sobrecalentamiento y que suden.
Si hablamos de la
hora de dormir, el dolor de cabeza aumenta, ya que podemos preparar fenomenal a nuestro
bebé, en una
cuna fantástica, con sábanas mantas almohadas, y él con un mágico golpe de pie, se lo va a cargar todo mientras duerma. Conclusión: quedará desarropado, y ni te enteras.
Por eso, lo más recomendable es un
saco, que regule su temperatura y le permita moverse libremente, y sin desarroparse ni pasar frío durante la noche.
Si mantienes la temperatura de su habitación en 20-22º estará perfectamente, y dormirá sin sudar y sin despertarse por estar liado con miles de mantas, almohadas o sábanas, con el riesgo extra que ello conlleva.
De cualquier manera, cada bebé, como cada adulto, es diferente. Si te despiertas durante la noche para comprobar si está bien, la mejor manera es tocar su cuello. Si está sudando mucho es que, lógicamente, está pasando calor.
Y tú, ¿tienes algún truco para mantener a tu bebé abrigado en invierno?